La
protección de los establecimientos de salud esenciales
-especialmente los hospitales- de las consecuencias evitables
de los desastres no solo es fundamental para cumplir los Objetivos
de Desarrollo del Milenio, fijados por la Naciones Unidas, sino
una necesidad social y política en sí.
Según esta publicación, la vulnerabilidad de un
hospital es más que un tema médico. Deben tenerse
en cuenta otros factores: la salud pública, la importancia
sociopolítica y los aspectos económicos. Es posible
reducir la vulnerabilidad de un hospital al levantar los niveles
de la vida, inversión y protección operativa no
solo en los establecimientos existentes, sino también en
los planes para nuevas instalaciones. Se ha demostrado una y otra
vez que las medidas de mitigación de desastres dan resultado
cuando los establecimientos de salud pueden resistir los efectos
de los desastres devastadores y seguir ofreciendo sus servicios.
Aunque la inversión financiera puede ser alta (y no siempre
es posible proteger una instalación contra todas las clases
de desastres), el costo de pasar por alto los riesgos puede ser
mucho mayor, no solo en cuanto a dinero pero lo que es más
importante en la pérdida de la vida humana.
La importancia de los hospitales va mucho más allá
de la función que ellos desempeñan al salvar las
vidas después de los desastres. Son los símbolos
potentes del progreso social y un requisito previo para el desarrollo
económico, y como tal, atención especial debe prestarse
para reducir su vulnerabilidad física.